por Alexander Fairchild Dom Ene 17, 2010 3:28 pm
Nombre:
Marco Alexander
Apellidos:
Fairchild
Edad:
18
Curso:
Tercero
Poder:
Su mente es tremendamente poderosa. Puede traer a la realidad lo que imagine, aunque no dura en el plano físico eternamente.
También tiene poder sobre las mentes de las demás personas. Puede dejar inmovil, ver los recuerdos y pensamientos, y desatar los hilos de tu conciencia hasta para matarte. Aunque para esto último es necesario que te esté mirando fijamente a los ojos. Es ágil y veloz.
Descripción física :
Mitch Hewer
Descripción psicológica:
Alexander nunca tuvo un carácter fácil. Es desconfiado, con casi todas las personas. Y eso se debe a todos los golpes que se ha llevado. Su infancia un tanto difícil dejó una huella inborrable en él.
Hay que ir con cuidado, puesto que es un excelente actor.Tiene miedo a sentir, ya que eso solo le ha traído problemas.
Normalmente lleva una fachada de fría calma,como el hielo. Pero el hielo a veces se resquebraja, y puede provocar catástrofes.
Con las mujeres, es un sueño, el sueño de cualquier mujer con compromiso.
Pasa un rato con ellas, y después desaparece sin dejar nada.
¿Qué le gusta?:
Las mujeres.Le gusta la música, ya que le ayuda a
olvidar todo lo demás.Mujeres. El baile callejero, y las peleas que
había en él. Mujeres. Fuma y bebe. Drogas.
¿Qué detesta?:
Que intenten mandarle.
Historia:
Alexander nació en un buen barrio de Londres.
Rodeado de dinero, oh sí, mucho dinero. Su padre, un rico al que la
fama se le había subido a la cabeza, era muy violento. Su madre, que se
sentía culpable por la típica frase de su padre de : " Yo que te saqué
de ese montón de mierda en el que vivias". Su madre era hermosa y
buena, y la única explicación que Alexander tenía para ese horrible
matrimonio, es que quizás su padre fuese diferente en otra época, quizá
un poco más amable.
A Alex no le gustaba su padre, no le gustaba la forma en que le gritaba y le alzaba las manos. A pesar de que no pasase mucho tiempo en casa, cuando estaba, todo eran gritos.
En esos tiempos, Alexander tenía tres años. El niño no entendía porqué pasaba eso, era un niño al fin y al cabo, y lo veía normal a pesar de que a él no le gustase. Solía pedir mirando al cielo, que las cosas mejorasen,
como le había enseñado su abuela.
Pero nada mejoró. Más bien fue a la inversa. Su padre se convirtió en un alcohólico, lo que no hizo más que aumentar los gritos, y las palizas. Su madre también le sufría. Ni veinte capas del maquillaje más caro podían tapar los golpes.
Cuando Alexander tenía seis años, y su hermana pequeña cuatro, pasó lo peor que podía pasar.
Aquella noche su padre había bebido más de lo normal, y llegó muy alterado a casa.
Fue directo a la habitación de su hermana, diciendo algo de que
los dos tenian que crecer, y intentó violarla. Alex estaba despierto en
la habitación de al lado, así que fue el primero en llegar. No dudó ni
un segundo en intentar apartarlo de su hermana. Fue fácil hacer que se
tambalease, simplemente por el hecho de que con un simple empujón se
caería.
Entonces el padre se encaró a él, y le hizo rodar por los
suelos. El niño, asustado, reaccionó. Fue en ese momento cuando sus poderes despertaron. Se imaginó una pistola y disparó. Fue un tiro certero, en la cabeza, que debido a la proximidad hizo que a su padre le rebentase la cabeza.
La madre, que lo vió todo, no daba crédito. Empezó a gritar cosas incoherentes sobre el demonio y Alexander.
El padre de Alex murió y su madre enloqueció y fue internada en un psiquiatra.
Alex y su hermana fueron enviados a un orfanato de londres, frío y pobre. El dinero de sus padres no lo podrían tocar hasta que fuesen mayores de
edad. A pesar de todo, Alexander nunca derramó una lágrima , ni en los
años de las palizas, ni cuando asesinó a su propio padre, ni cuando su madre le negó. Era un niño de seis años que ya había vivido lo peor.
El orfanato no parecía tan mal lugar con su hermana a su lado, pero dos
años después, se la llevaron. Les separaron. Desde entonces, el cariño
brilló por su ausencia.
Hasta los 10 años, Alex estuvo en el orfanato. A esa edad fue cuando le adoptaron.
Los seis siguientes años, los pasó de familia en familia, ya que nadie quería tener un chico problemático como hijo.
Obviamente, esto se debía a que dondequiera que Alex fuera, pasaban cosas raras, desgracias.
Hace poco cumplió la mayoría de edad, quedando más o menos libre, con una fortuna a cuestas. Decidió apartarse de las personas corrientes lléndose a un internado que encontró, al parecer hecho para personas como él.
Vie Oct 14, 2011 9:15 pm por Brooke Shine
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